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Fernando Savater, "el valor de educar"

¿Debe la educación preparar aptos competidores en el mercado laboral o formar hombres completos?

¿Ha de potenciar la autonomía de cada individuo, a menudo crítica y disidente, o la cohesión social?

¿Debe desarrollar la originalidad innovadora o mantener la identidad tradicional del grupo?

¿Atenderá a la eficacia práctica o apostará por el riesgo creador?

¿Reproducirá el orden existente o instruirá a los rebeldes que pueden derrocarlo?

¿Mantendrá una escrupulosa neutralidad ante la pluralidad de opciones ideológicas, religiosas, sexuales y otras diferentes formas de vida (drogas, televisión, polimorfismo estético) o se decantará por razonar lo preferible y proponer modelos de excelencia?

¿Pueden simultanearse todos estos objetivos o algunos de ellos resultan incompatibles?


Evidentemente, la institución educativa no es el único agente responsable de la educación de los valores. Las prácticas educativas familiares, los medios de comunicación y el propio contexto socio-político, ejercen igualmente un papel muy relevante.

Por otro lado, y relacionado con la influencia del contexto, cualquier educador es sensible a la influencia que el neoliberalismo y las economías de mercado, están ejerciendo al fomentar el individualismo, la eficacia, la competencia, el prestigio social, etc. como valores deseables.

Si a esto unimos la frecuencia y abundancia de la violencia, el engaño y la corrupción en nuestros contextos políticos más próximos, cualquier educador se puede preguntar ¿Tiene sentido una educación en valores, cuando los modelos socio-políticos presentan unas conductas, tan diferentes a las que se quieren promover? ¿Qué sentido tiene explicar en clase, el por qué es importante pagar nuestros impuestos, si los alumnos comprueban que “los que mejor viven” no lo hacen?

¿Qué entendemos por valores? ¿Cómo conceptualizamos los valores morales?

Muy probablemente todos no estaremos de acuerdo en definir las características y las jerarquías de los valores, y esto es lo que le da importancia y riqueza a esta cuestión crucial de nuestra existencia.

De acuerdo con la mayoría de los autores, presentamos una serie de características propias del valor:

  • Atracción: los valores son atractivos para las personas, a diferencia de, por ejemplo, las necesidades, que son obligatorias.
  • Polaridad: todo valor tiene un antivalor.
  • Jerarquía: no todos los valores presentan la misma validez (la concreción de este aspecto es el caballo de batalla entre todos los estudiosos).
  • Sistema: no están desconectados entre ellos, sino que forman parte de un conjunto de relaciones.
  • Referencia a un sujeto: El valor es siempre valor ‘para alguien’…; supone una referencia a un ser inteligente y sensible que lo capta.
  • Carácter relacional sujeto-objeto: La valoración no es mera espontaneidad subjetiva, sino que se funda en las propiedades del objeto. No hay valor sin un interés personal, ni hay interés sin unas necesidades subjetivas que lo generen. Y se engendra cuando un sujeto estima un objeto por encima de que pueda satisfacer unas necesidades suyas. Si ese objeto no es conocido o apetecido, se queda en un simple bien potencial, en un conjunto de meras cualidades objetivas, pero sin valor. Para que haya valor ha de haber una preferencia humana.

Otra clasificación, en sentido ascendente, implica una categoría de valores probablemente aplicables a la mayoría de las personas:

  • “Agradable/desagradable” = “placer/dolor” de manera instintiva.
  • Valores vitales de bienestar, relacionados con la utilidad.
  • Valores espirituales.
  • Valores estéticos.
  • Valores de la vida social y política.
  • Valores del conocimiento orientados a la verdad.
  • Valores éticos y religiosos, que se articulan alrededor de la noción de ‘persona’.

En cuanto a una lista de valores básicos para la educación, éstos podrían ser:

  • Libertad
  • Igualdad
  • Justicia
  • Paz
  • Solidaridad
  • Tolerancia
  • Trascendencia
  • Respeto por los demás
  • Repensar la naturaleza

Bartolomé (1997), en un estudio básicamente etnográfico dedicado a la escuela multicultural, señala la importancia de los valores en las acciones encaminadas a la construcción de un nuevo tejido social.

Una afirmación de este tipo implica situarse en una postura relativista, pero igual se propone la realización de unos valores básicos extensibles a toda la comunidad:

  • Igualdad de derechos
  • Libertad
  • Tolerancia
  • Justicia
  • Participación
  • Derecho a la información
  • Diálogo
  • Estimación por la diversidad y la diferencia

Aún así, se admite la existencia de una serie de valores más amplios, diferenciados para los diversos grupos étnicos, que se puede resumir así:

  • Vitales: referentes a la vida física, vivencias cotidianas, deseo de diversión, de ilusión y fantasía; también necesidades básicas, naturaleza y bienestar personal.
  • De producción: relacionados con la actividad laboral y la adquisición y posesión de bienes: dinero, éxito, poder, etc.
  • Sociales: de inserción dentro de una colectividad: mejora social, ayuda a los demás, compartir, relaciones, fraternidad, cooperación.
  • Afectivos: amistad, familia, amor.
  • Religiosos: referencia a Dios, sentido de comunidad creyente.
  • De desarrollo: relacionados con la madurez y la realización personal y/o profesional: felicidad, familia, realización en el trabajo, cualidades personales valoradas.
  • No éticos: gusto por el conocimiento, curiosidad intelectual.
  • Estéticos: referencia a la belleza; actividades artísticas.
  • Éticos: lo percibido como correcto o incorrecto, tanto para la humanidad (paz, justicia, ecología) como para el individuo (bondad, honradez, etc.).

(Basado en un texto de inteligencia-emocional.org)

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